Síntomas de depresión después de la pérdida de un ser querido
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Síntomas de depresión después de la pérdida de un ser querido

La depresión después de la pérdida de un ser querido puede ser devastadora. Hay muchas maneras de hacer frente. Estos incluyen buscar ayuda y evitar sustancias y alcohol. Tomar drogas y alcohol es una forma común de escapar de los pensamientos. También hay otras formas más complejas de lidiar con el dolor, como el complicado tratamiento de duelo.

Tomar drogas o alcohol para escapar de los pensamientos después de una pérdida de un ser querido

Hay formas de hacer frente a los sentimientos difíciles que surgen después de la pérdida de un ser querido. Una forma es evitar tomar drogas o alcohol. A menudo, estos comportamientos hacen que la pérdida se sienta peor. En lugar de evitar el pensamiento en la pérdida, concéntrese en las fechas importantes en su vida. Si esto no es posible, consideró visitar un consejero de duelo.

Muchas personas pueden recurrir al alcohol o a las drogas como una forma de escapar de los sentimientos y pensamientos que experimentan. Pero esta es una ruta peligrosa a tomar, ya que puede conducir a una adicción. El alcohol y las drogas son depresores y no son las mejores formas de hacer frente a una pérdida. Si bien pueden aliviar temporalmente el dolor, pueden conducir a la adicción y un dolor más complicado.

Rumia introspectiva

Uno de los síntomas de la depresión después de la pérdida de un ser querido es la rumia introspectiva. Este comportamiento se caracteriza por una mayor conciencia de la pérdida de personas, lo que puede resultar en una mayor reactividad a la pérdida. Los investigadores han examinado estos patrones de comportamiento y los han asociado con diferentes niveles de depresión.

Los autores señalan que la rumia puede ser una parte normal del proceso de duelo adaptativo, ya que puede servir como una forma de escapar del dolor de la pérdida y procesarla de otras maneras. Pero también es parte de la psicopatología asociada con la desregulación del afecto positivo (PA). La desregulación de PA se caracteriza por la supresión de sentimientos positivos, mientras que la AP de amortiguación implica centrarse en aspectos positivos de los momentos estresantes.

Los altos niveles de rumia a menudo se asocian con un alto riesgo de depresión y otros problemas emocionales. Este comportamiento se ha relacionado con el estrés postraumático y los pensamientos suicidas. Además, el pensamiento excesivo puede activar una memoria negativa y crear una respuesta negativa a las circunstancias actuales. Esto, a su vez, intensifica los sentimientos de fracaso.

Algunos investigadores creen que el origen de la rumia está relacionado con las experiencias de los individuos durante la infancia. Aquellos que no desarrollan habilidades de gestión emocional efectivas tienen más probabilidades de experimentar la rumia. Las experiencias negativas para la crianza también influyen en el desarrollo de la rumia. Además, las personas que tienen altos niveles de ansiedad social y pesimismo tienen más probabilidades de desarrollar la rumia.

Se ha demostrado que la rumia depresiva, o la melancólica, es un síntoma de depresión después de la muerte de un ser querido. Este comportamiento también se asocia con la desregulación de PA y la gravedad del TEPT. Esto sugiere que la rumia depresiva juega un papel importante en el inicio de las respuestas perturbadas a la pérdida.

Durante esta etapa de dolor, las personas a menudo buscan significado en sus vidas y buscan un punto de anclaje. A menudo se dan cuenta de lo corta que es la vida y de lo pequeñas que son en este mundo. Incluso pueden preguntar: ¿por qué estoy aquí?

Tratamiento de duelo complicado

El complicado tratamiento de duelo tiene como objetivo ayudar a los pacientes a hacer frente a sus sentimientos y encontrar el cierre. Los psicoterapeutas pueden ayudar a las personas a manejar sus sentimientos y seguir adelante, al tiempo que les enseñan a honrar a sus seres queridos fallecidos en el presente. Sin embargo, el tratamiento de duelo complejo no es una panacea y nunca podrá eliminar el dolor que ha causado una pérdida.

El dolor complicado es diferente del trastorno de estrés postraumático (TEPT) o la depresión. Puede coexistir con depresión o TEPT. Se distingue por la presencia de una variedad de síntomas psicológicos y fisiológicos, centrados en las circunstancias de la pérdida. Estos incluyen fuertes sentimientos de anhelo y tristeza. La persona también puede sentirse desconectada de los demás.

Si bien la mayoría de las personas se sienten mejor después de unos meses de afrontamiento, algunas personas experimentan un dolor intenso durante meses o incluso años. Esto puede interferir con el funcionamiento diario. Para algunas personas, el dolor prolongado puede conducir al abuso de sustancias, una función inmune deteriorada e incluso al suicidio.

Cuando se produce un dolor complicado, una persona siente una intensa tristeza y anhelo por la persona fallecida. Esto a menudo va acompañado de incredulidad de que la persona había muerto. Las personas que sufren de dolor complejo también pueden reflexionar sobre la pérdida, especialmente en ira. También pueden tener dificultades para buscar sus intereses o hacer planes futuros.

En un estudio realizado en la Universidad de Nueva Gales del Sur, el psicólogo Richard Bryant realizó un experimento que involucró a dos grupos de personas que habían estado experimentando un dolor prolongado. Los participantes en ambos grupos fueron tratados con TCC centrada en el duelo y terapia de exposición. Los resultados mostraron que el grupo de terapia de exposición experimentó menos depresión que el otro grupo. Los investigadores también señalaron que el grupo de terapia de exposición experimentó menos reacciones adversas al tratamiento.

El dolor complicado es una condición que no siempre es fácil de detectar. A menudo es difícil reconocer en los primeros meses después de una pérdida. Aunque la pérdida de un ser querido es un momento difícil para que una persona supere, la mayoría de las personas desconsoladas finalmente siguen adelante. Sin embargo, en algunos casos, el dolor puede continuar durante más de seis meses y puede evitar que una persona viva una vida normal.

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